Me levanto emocionada, feliz, renovada con ganas de darte cien besos
mañaneros. Miro al lado de mi cama y no te encuentro, no puede ser, este no
eres tú. Este es mi esposo de hace tres años. Pero, ¿y tú dónde estás? Me
desespero, me lavo la cara, me tomo un café en el balcón y voy aceptando la idea de que no puedo despertar a tu lado.
Mi esposo se levanta y trato de lucir enamorada. Preparo el desayuno para
ambos, nos damos un beso apresurado y nos marchamos al trabajo. En la noche, regreso a mi casa y vuelvo a la
rutina. Mi pareja ve su serie favorita en la televisión y yo intento planificar
la próxima terapia de mis pacientes. Mientras tanto, la incógnita de cuándo nos
volveremos a ver impide concentrarme. Al llegar la noche, mi esposo intenta
seducirme y, para que no sospeche nada,
me dejo llevar. Cierro los ojos, me acaloro, me entrego, te encuentro, te beso,
me penetras y me regalas los mejores
trece segundos de mi vida. Al culminar abro los ojos y vuelvo y tropiezo con la
realidad de que no eres tú. Me duermo decepcionada y en la mañana siguiente se
vuelve a repetir la misma historia. Ya comienzo a resignarme. Un mes después,
mi esposo y yo cumplimos cuatro años de matrimonio. También es la boda de mi
primo y ambos decidimos celebrarlo allí. Me pongo un traje rojo ceñido que
resalta mi tez blanca y largo cabello azabache. Empaco el regalo de mi marido y
nos vamos a la recepción. Esta noche es
solo para mi marido, pienso en voz baja. Estoy decidida a
recuperar la llama y entregarme a mi relación. De pronto, en medio de muchas personas, te veo.
Incrédula, cierro los ojos y los vuelvo abrir, mi corazón se acelera, mis manos
comienzan a sudar. Tu mirada se ancla en la mía cada segundo más fuerte. Ambos,
nos reconocemos en seguida. No puede ser, me digo a mí misma, este es el hombre con el
que sueño todas las noches y le soy infiel a mi esposo. Trato de
reincorporarme. Le indico a mi marido que iré al baño. Dejas a tu esposa y te
vas detrás de mí. Nos miramos nuevamente sin decirnos una sola palabra y agarras
mi mano. De momento, tu esposa te alcanza y a mí solo me queda decir, tal vez en
otra vida…
Los textos a continuación fueron el fruto del Taller de Creación Literaria que la escritora y profesora Dalia Stella González ofreció a estudiantes de la Universidad del Turabo en 2013 y del Torneo de Cuento Corto Oral que se llevó a cabo en la Universidad del Turabo el 5 de marzo de 2015.
Centro de Lectura y Redacción, Decanato de Educación General, Universidad del Turabo
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Quizás... en otra vida. Hermosa reflexión para una historia que a todos les puede pasar.
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