Un otoño abrumador se acercaba. Lo sentía en el frío metálico de mi
asiento. Todavía me sorprende cómo las cosas se enfrían más rápido de lo que se
calientan. Veía sus lágrimas frisadas a simple vista, despidiéndose de un verde
olivo oscuro y rígido, familiar a mis pasados. Con ojos fundidos, se dieron una
promesa de permanecer. Al despegar el tren, ella se desvanecía bajo las luces
íntimas que brincaban sobre su cara, las luces de
los cuartos de los pasajeros. Me acerqué al espacio vacío que había dejado su
imagen, parecía congelada en el reflejo de los cristales. Teníamos las mismas
facciones derretidas. Manteniendo nuestros ojos pegados al vidrio ahumado, se
nos añadía una arruga al pasar cada ventana sobre nuestros semblantes. Una, por cada estación vivida, mientras permanecimos esperando
fantasmas.
Los textos a continuación fueron el fruto del Taller de Creación Literaria que la escritora y profesora Dalia Stella González ofreció a estudiantes de la Universidad del Turabo en 2013 y del Torneo de Cuento Corto Oral que se llevó a cabo en la Universidad del Turabo el 5 de marzo de 2015.
Centro de Lectura y Redacción, Decanato de Educación General, Universidad del Turabo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Guau! Realmente me ha parecido precioso. Una pequeña obra maestra.
ResponderEliminar